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La historia

Antiguo plano de Venecia
Venecia antes de 1630

En los primeros decenios del siglo XVII Venecia estaba viviendo un momento difícil bajo todos los puntos de vista: económico (competencia despiadada de los mercantes franceses, ingleses y flamencos), político (alianza con Francia, las fuertes tensiones con España y aún más con el Papado, tensiones en el Interdictum) y militar (la guerra contra los piratas Uscoques para la hegemonía en el Mar Adriático y el conflicto para la sucesión de Mantua).

  Antiguo plano de VeneciaSe está perfilando un papel diferente de Venecia en el equilibrio político europeo, seguramente más apartado respecto a los siglos precedentes.

Fue en este contexto cuando, 54 años después de la terrible pestilencia de 1575-77, la plaga se volvió a batir sobre la ciudad, causando de nuevo decenas de miles de víctimas.

Giovanni Grevenbroch, Predadores depredados
La peste

La guerra de Mantua lleva a Venecia, a parte de una derrota militar, también la peste.
Sepultureros
La ciudad se paraliza: los tráficos menguan, los nobles se refugian en sus villas de campo, la población se reduce a vagar por la ciudad pidiendo limosna.

Pero el gobierno una vez más actúa con decisión y firmeza: organiza desinfecciones de la ciudad, aisla barrios enteros, activa los lazaretos, hace enterrar a los cadáveres infectos con la cal. Estas medidas higiénico- sanitarias no impiden sin embargo la saña de la pestilencia.

Plano de los lazaretos
Los lazaretos

Venecia fue la primera nación que instituyó, en 1423, un edificio aposta donde ingresar a las personas afectadas de enfermedades contagiosas. Se eligió una isla, Santa María de Nazareth, como lugar ideal para preservar del contagio y para garantizar el aislamiento.

El lazareto era un espacio para la prevención y para la cura, en el que se asistía y curaba a los enfermos y donde se ponía mucha atención en separar a los enfermos, de los convalescientes y de los “sospechosos”.

El nacimiento de los lazaretos es el testimonio de la extrema atención que la República daba a la organización sanitaria.



Giovanni Grevenbroch, Sufragio de los muertosImpotencia y superstición

La atmósfera en Venecia era de desaliento y desconfianza, y en este clima se explican muy bien las sospechas de contagio adrede, a través de los “untori” (untadores que provacaban el contagio de la peste).

Se sospechaba que algunos franceses difundían la enfermedad, pero esto era un síntoma del malestar psicológico que daba plenamente la idea de la prostración de los venecianos, que se veían de nuevo implicados con la peste a distancia de pocos años de la que tuvo lugar a finales del ‘500.

Contemporáneamente, en Milán, azotada también ella por la pestilencia descrita por Manzoni en los Promessi sposi, hubo otros porcesos a los untadores. En los momentos de crisis hay siempre espacio para la superstición y el fanatismo.



El dux rodeado de dignatariosEl voto

A pesar de las disposiciones sanitarias, la peste parecía no cesar y el Senado recurrió de nuevo a la ayuda divina.

El 22 de octubre de 1630 el dux Nicolò Contarini pronunció el voto público de erigir una iglesia titulada a la Salud, pidiendo la intercesión de la Virgen María para poner fin a la pestilencia. Se posó la primera piedra cuando la pesta estaba aún en plena actividad y se consagró en 1687.


El final de la pestilencia

En noviembre de 1631 la peste fue definitivamente debelada, pero el balance fue terrible: casi 47.000 muertos en la ciudad (más de un cuarto de la población) y 95.000 en el llamado Dogado (todo el territorio de la República de Venecia) que abarcaba también Murano, Malamocco y Chioggia.

 


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