 El cortejo histórico
Recuerda la acogida reservada en 1489 a Caterina Cornaro,
esposa del Rey de Chipre, que renunció al trono en favor de
Venecia.
Es un desfile de embarcaciones típicas del quinientos, encabezado
por el característico Bucintoro, la barca de representación
de la República Serenísima.

La siguen a continuación decenas y decenas de embarcaciones
multicolores con gondoleros vestidos con los trajes de época
que transportan al dux, a la dogaresa, a Caterina Cornaro, a todas
los mayores cargos de la Magistradura veneciana, en una reconstrucción
fiel del pasado glorioso de una de las Repúblicas Marinas más
potentes e influyentes del Mediterráneo. |

El espectáculo del público Atiborrados a lo largo de
las riberas, o bien hospedados en las tribunas flotantes, o en las
embarcaciones amarradas a lo largo del Canal, los espectadores participan
apasionadamente, con gritos de aliento dirigidos a sus faviritos
empeñados en las competiciones agonísticas.
Mientras
las embarcaciones multicolores desfilan velozmente bajo la mirada
de miles de personas, un vocerío ininterrumpido hace de banda
sonora al reto deportivo que cada año perpetúa la
milenaria e indisoluble relación entre Venecia y el agua,
elemento que constituye mayormente la continuidad entre pasado,
presente y futuro de la ciudad lagunar.
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Los puntos cruciales
Los puntos cruciales y más importantes, las etapas fundamentales de la regata, son desde siempre: :
- el spagheto o cordin, (la cuerdecita) la cuerda
que se tiende en la salida, a la altura de los actuales Jardines;
- el paleto, un palo clavado en medio del Canal Grande
a la altura de San Andrés de la Zirada, alrededor del cual las
barcas giran y donde – así dice la tradición – se determinan las
posiciones de los primeros en bandera (los vencedores);
- la machina, edificio flotante que se apoya sobre una
barcaza de madera, rica de entalladuras policromadas y doradas,
lugar deputado para la meta y el reparto de los premios.
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