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Los Carnavales de Venecia English Français deutsche Italiano
La Historia

Código Bottacin, Máscaras de Venecia, acuarelaLos orígenes

Los Carnavales ahondan sus raíces en más de una tradición, desde la latina de los Saturnalia a la griega de los cultos dionisiacos, que marcaban el paso del invierno a la primavera y que contemplaban el uso de máscaras y de representaciones simbólicas.

Período en que aparentemente se concedía cualquier cosa, parecía encarnar el mito del mundo al revés.

En realidad los Carnevales eran también una forma de rígido control de las pulsiones, y el estímulo hacia el exceso constituía una cortés concesión durante un tiempo fijado. Y en Venecia, sociedad rígidamente oligárquica, era necesario dar la ilusión a las clases más humildes que podían ser similares a los poderosos, si bien con una máscara cubriendo el rostro: ello era así para desalentar las tensiones sociales y mantener el consenso.

  Giovanni Grevenbroch, Hombre ágil

Gabriel Bella, El nuevo ridotto, óleo sobre lienzoEl calendario dilatado

Los Carnevales se prolungaban bastante. Empezaban normalmente el 26 de diciembre para concluir el miércoles de Cenizas, pero a menudo se concedían licencias carnavalescas para el empleo de las máscaras ya desde el 1 de octubre, y no era inusual asistir a fiestas y banquetes también durante la Cuaresma. Incluso durante la fiesta de la Sensa, que duraba 15 días, estaba permitido el uso de la máscara y del disfraz.

En pocas palabras, los Carnavales duraban algunos meses, y ello ha contribuido seguramente a crear la imagen de Venecia como una ciudad dedicada a la diversión.



Giovanni Grevenbroch, Estratagemas ingeniosos   D. Tiepolo, La caseta de los saltimbanquisLas fiestas

En la plaza pública la población asistía a las fiestas oficiales, sobre todo a las del jueves graso o sea las Fuerzas de Ercules y el Vuelo del Turco (un acróbata que descendía por una cuerda desde el campanario de San Marcos). Había también fuegos artificiales y espectáculos improvisados de saltimbancos, funámbulos, titiriteros, artistas callejeros, de todas formas actividades todas ellas reglamentadas por el Estado.

Junto a estas fiestas públicas se realizaban también muchísimas fiestas privadas, en las casas y en los palacios patricios, donde se organizaban suntuosos bailes y a menudo se practicaba el juego de azar.




Giovanni Grevenbroch, Noble en el ridottoEl “Ridotto” (Foyer)

En este clima de gozo y deleite no podía faltar el juego de azar, y el Ridotto de S. Moisé, la pública casa de juegos que dirige el Estado, se convirtió en uno de los puntos neurálgicos de los carnavales venecianos.

Pietro Longhi, El Ridotto, óleo sobre lienzoEntre 1638 (año de apertura) y 1774 (año del cierre) miles de jugadores en máscara hicieron fluir una riada de ducados desde sus bolsillos hasta las cajas del estado.

El Ridotto estaba abierta exclusivamente durante los Carnavales (que de todas formas duraba algunos meses), y los únicos eximidos del uso de las máscaras eran los croupiers, los llamados “barnabotti”, nobles venecianos venidos a menos.





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