
El arte de los "maschereri" (mascareros)"
El empleo de las máscaras por parte de los venecianos y de
los miles de forasteros que llegaban a Venecia para vivir los famosos
carnavales, ya entonces atracción turística, ha hecho
nacer la demanda de máscaras.
Surge así la figura de los "maschereri" (mascareros),
artesanos inscritos en el Arte de los Dipintori (Pintores) que se
ingeniaban creando máscaras de papel maché o de tela
cerada para satisfacer las exigencias de los diferentes clientes
|
Los disfraces
más en boga

El disfraz veneciano por excelencia es la bauta, que la llevaban
hombres y mujeres: una capita negra a juego con un sombrero a tricornio
negro y con una larva, máscara blanca que celaba
el rostro.
Con la bauta se garantizaba totalmente el anonimato, dado
que permitía también beber y comer.
|
|
 |
|
Otra máscara utilizada por las mujeres era la
moretta, oval de terciopelo negro que permanecía fijo
al rostro de la dama gracias a un botoncito que se tenía entre
los dientes. |
Era tambén difuso el domino, una larguísima
capa con capucha que cubría el rostro. |
La comedia del arte
Es en el teatro donde la máscara encuentra su consacración
oficial, y algunos personajes de la comedia del arte se convierten
en verdaderos estereotipos que correspondían perfectamente
a la sociedad veneciana.
Así tenemos Pantalone, viejo mercader normalmente
rico, el pedante doctor Balanzone, de origen boloniés,
el siervo astuto Brighella y el bobo Arlecchino,
reunidos por el origen común de Bérgamo, y por último
la lista y hábil Colombina, sierva maliciosa y pícara.
No de área véneta -lombarda pero siempre muy amado es
Pulcinella, máscara napolitana, el bufón holgazán. |
 |
Las máscaras hoy
La ciudad, durante los últimos días de los Carnavales,
pulula de personas disfrazadas que invaden alegremente calles y
plazoletas intentando divertirse y hacerse notar.
En
esos días es fácil ver desfilar de todo, desde las
estáticas y frías damas del Setecientos cortejadas
por álgidos chichisbeos, a los más ingeniosos y personalizados
trajes modernos, fruto de la inventiva y creatividad.
La Plaza de San Marcos y las principales plazas de la ciudad se
ofrecen como extraordinario escenario para quien quiera convertirse,
durante alguna hora o a lo sumo algún día al año,
en protagonista de otra vida.
|
|